¿Nos cortamos las venas o nos las dejamos largas?
Muchas veces me he planteado que cabe la posibilidad de que todo lo que asumimos como cierto, todo lo que hemos concluido a través de la ciencia empírica y hemos elevado a la categoría de irrefutable podría ser falso.
Ayer observaba a la gata jugando con un pequeño alambre negro. Sin duda, lo que para ella resultaba emocionante era la idea de que aquella cosa estaba viva, pues al tocarla con sus patas y su hocico el pequeño hierro se retorcía y se movía, y en la mente simple, limitada del felino, eso era una prueba de que se encontraba ante un ser vivo con el que podía jugar, lo cual le provocaba la misma excitación que cuando oye piar a los pájaros o persigue a algún insecto. Pobre bicho, pensaba yo, y al mismo tiempo sentía la certeza de que, de ese mismo modo, todas las percepciones que los humanos asumimos como irrebatibles podrían ser nada más que una enorme equivocación.
La inteligencia del ser humano es con mucho superior a la de un felino (palabra de Perogrullo, si bien es cierto que muchos ejemplares de nuestra especie no llegan a cumplir esta premisa), y se puede afirmar incluso que la inteligencia del ser humano está más desarrollada que la de cualquier otro ser vivo de todos los que pueblan la Tierra. Por lo tanto podemos afirmar que somos los 'bichos' más listos del planeta. Ahora bien, eso no significa que nuestra inteligencia sea ilimitada. Nuestra capacidad mental será superior a la de un gato, pero evidentemente es limitada. Y si nos pasamos el día hablando de un universo infinito que se expande en medio de no sabemos qué otra 'cosa', de once dimensiones, de universos paralelos... será lógico pensar que en realidad no tenemos ni puta idea de lo que somos, no alcanzamos a saber de qué formamos parte. Seremos los más listos a bordo de esta bola a la que siendo fundamentalmene de agua llamamos sin embargo Tierra, pero seguramente no seamos más que el equivalente a nuestras amebas en aquello que hay más allá del universo, del cosmos, de la curvatura del espacio-tiempo... y para lo que no tenemos ni siquiera nombre. No creo que sea para nada significativa la diferencia entre lo que alcanza a comprender un ácaro más allá de su molécula de polvo y lo que alcanzamos a comprender nosotros más allá de lo que creemos que comprendemos.
¿No puede ser, por tanto, que todo lo que creemos que la especie humana ha analizado, averiguado, comprendido, sea una gran patraña sin sentido? Durante siglos hemos vivido en el error de pensar que la Tierra era plana, o en el de creer que nuestro planeta era el centro del Universo y alrededor de él giraba todo lo demás... ¿Cuántas cosas de las que ahora consideramos incuestionables, en la disciplina que sea, serán también falsas? Tal vez, y aunque parezca un disparate, sería más útil renunciar al conocimiento, dedicarnos a fumar hierba y a hacer el amor en las praderas en lugar de intentar comprender lo inalcanzable como quien trata de vaciar el océano con una cucharilla para el postre.
Ayer observaba a la gata jugando con un pequeño alambre negro. Sin duda, lo que para ella resultaba emocionante era la idea de que aquella cosa estaba viva, pues al tocarla con sus patas y su hocico el pequeño hierro se retorcía y se movía, y en la mente simple, limitada del felino, eso era una prueba de que se encontraba ante un ser vivo con el que podía jugar, lo cual le provocaba la misma excitación que cuando oye piar a los pájaros o persigue a algún insecto. Pobre bicho, pensaba yo, y al mismo tiempo sentía la certeza de que, de ese mismo modo, todas las percepciones que los humanos asumimos como irrebatibles podrían ser nada más que una enorme equivocación.
La inteligencia del ser humano es con mucho superior a la de un felino (palabra de Perogrullo, si bien es cierto que muchos ejemplares de nuestra especie no llegan a cumplir esta premisa), y se puede afirmar incluso que la inteligencia del ser humano está más desarrollada que la de cualquier otro ser vivo de todos los que pueblan la Tierra. Por lo tanto podemos afirmar que somos los 'bichos' más listos del planeta. Ahora bien, eso no significa que nuestra inteligencia sea ilimitada. Nuestra capacidad mental será superior a la de un gato, pero evidentemente es limitada. Y si nos pasamos el día hablando de un universo infinito que se expande en medio de no sabemos qué otra 'cosa', de once dimensiones, de universos paralelos... será lógico pensar que en realidad no tenemos ni puta idea de lo que somos, no alcanzamos a saber de qué formamos parte. Seremos los más listos a bordo de esta bola a la que siendo fundamentalmene de agua llamamos sin embargo Tierra, pero seguramente no seamos más que el equivalente a nuestras amebas en aquello que hay más allá del universo, del cosmos, de la curvatura del espacio-tiempo... y para lo que no tenemos ni siquiera nombre. No creo que sea para nada significativa la diferencia entre lo que alcanza a comprender un ácaro más allá de su molécula de polvo y lo que alcanzamos a comprender nosotros más allá de lo que creemos que comprendemos.
¿No puede ser, por tanto, que todo lo que creemos que la especie humana ha analizado, averiguado, comprendido, sea una gran patraña sin sentido? Durante siglos hemos vivido en el error de pensar que la Tierra era plana, o en el de creer que nuestro planeta era el centro del Universo y alrededor de él giraba todo lo demás... ¿Cuántas cosas de las que ahora consideramos incuestionables, en la disciplina que sea, serán también falsas? Tal vez, y aunque parezca un disparate, sería más útil renunciar al conocimiento, dedicarnos a fumar hierba y a hacer el amor en las praderas en lugar de intentar comprender lo inalcanzable como quien trata de vaciar el océano con una cucharilla para el postre.
6 comentarios:
te aplaudo! pero...¿aún nos quedan praderas? (soy mónica)
Ja, ja, buena pregunta. Desde luego, si no quedan praderas, yo definitivamente me cortaré las venas.
Pues no, macho. Resulta que sólo fumando marijuana y follando en las eras (que es una denominación más "nuestra" que pradera)no hubiéramos conseguido erradicar la tosferina, ni evitar que la gripe se llevara ciudades enteras, ni desplazarnos a la habana, a disfrutar del malecón, con una facilidad y rapidez considerable, ni predecir la jodida lluvia que nos amargará la semana santa, ni abrir en canal a un fumador empedernido, cambiarle una válvula del corazón y alargarle la vida lo suficiente como para seguir fumando otra temporadita.
Estaremos equivocados en casi todo, no llegaremos a comprender el universo... Pero hemos conseguido comprender algunas cosas.
Tu hermano el mayor!
A ver tronco, evidentemente estoy de acuerdo contigo, pero creo que estamos hablando de distintas cosas. Lo que intento cuestionar en este post no es qué importancia tiene el conocimiento humano y sus frutos para nosotros, sino que importancia tiene el conocimiento humano y sus frutos dentro del ‘todo’ en el que nos encontramos. Estoy tratando solamente de sacar proporciones… de abstraerme de nuestra visión cotidiana de nosotros mismos y ver desde ¿arriba? Está claro que para el ser humano poder operar a corazón abierto y salvar vidas o vencer a la tos ferina son logros grandiosos, es la hostia de hecho, y a mi me maravillan como a todo el mundo las cosas que hemos conseguido hacer y crear. Ahora bien, lo que planteo en mi texto es lo siguiente: si no sabemos donde coño estamos, ni en qué medida formamos parte de este ‘todo’ para el que no tenemos nombre (la palabra Universo ya se nos ha quedado corta, ahora resulta que hay la hostia de ellos) ¿qué importancia tiene en ese ‘todo’ lo que nosotros como especie hayamos llegado a hacer o a conocer? Lo que me cuestionaba es qué significamos nosotros para el absoluto en el que estamos. Viajar a La Habana en 10 horas será la hostia para nosotros, pero también es la hostia para mi gata escaparse de casa cuando me dejo la puerta abierta y salir al rellano de la escalera y, sin embargo, si mi gata fuera capaz de acceder por un instante al concepto de ciudad o de país o de planeta, se daría cuenta de la triste insignificancia de su aventura. Y eso es sobre lo que yo trataba de reflexionar: si no sabemos dónde estamos, no podemos saber lo que somos.
Ahora bien, entiendo que lo normal es que nos miremos desde nuestros propios ojos, que vivamos conscientes de lo que significamos para nosotros mismos y sepamos así qué podemos hacer y qué deseamos conseguir, hasta dónde hemos llegado y hasta dónde creemos que podemos llegar (el día que yo me dejo la puerta abierta es el que da más sentido a la existencia de la Pancha). Lo otro son pajas mentales que sólo sirven para escribir bobadas de vez en cuando en este blog que, por cierto, prácticamente lees sólo tú (pa’ eso están los hermanos mayores).
Puede que esa última frase del post esté desacertada. Está claro que si hubiéramos hecho eso estaríamos todavía en la edad de las cavernas, con todo lo malo (eh, y también lo bueno) que eso conlleva para nuestra especie. La cuestión es cuánto importa eso en el universo y sus alrededores.
Cierto, la última frase desmerece el resto del post, que quien mas quien menos todos podemos asmir como propio, porque a quien no se le ha pasado por la cabeza alguna vez lo insignificantes que podemos ser...
Banda Sonora recomendada para la lectura de este post.- Universos Infinitos (Love of Lesbian)
Ey, Carlos!! que este blog no solo lo lee tu hermano mayor. Algunos hacemos el esfuerzo, jajaja
Por cierto el otro día tocaron Love of Lesbian aquí en Huesca(y me lo perdí, agggh)
¿que tal todo? espero que bien...
Ja, ja, hola Sergio, todo bien por aquí. Yo tengo muchas ganas de verlos a esos y aún no he podido. A ver si algún día coincidimos en msn y nos contamos cosas. Cuídate.
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