Sorpresas te da la vida

Asisto a la discusión entre dos personas con distintas creencias religiosas. Uno es cristiano; el otro musulmán. Cada uno escucha respetuosamente la exposición que hace el otro acerca de las ideas que conforman su doctrina y su fe. Al cabo de un rato la conversación se vuelve muy divertida. El cristiano se sorprende al saber que el musulmán ha de rezar cinco veces al día orientado hacia la Meca y con nosecuantos huesos de su cuerpo tocando el suelo. El musulmán, por su parte, se sorprende cuando el cristiano le habla del misterio de la Santísima Trinidad, según el cual Dios es uno y al mismo tiempo son tres: Padre, Hijo y Espíritu Santo. El cristiano está asombrado (casi fascinado) ante el hecho de que el musulmán pueda contraer matrimonio con cuatro mujeres a la vez y manifiesta con aspavientos su desconcierto cuando el musulmán le explica que, según su fe, todas las personas de este mundo resucitarán en cuerpo y alma algún día, y volverán a vivir felices, todos con la edad de treinta y tres años. Ante lo curioso de esta última coincidencia respecto a la edad de todos los resucitados, el cristiano expresa cierta burla, que ofende al musulmán, sorprendido de que el Dios cristiano no pueda hacer lo mismo por nosotros, habiendo sido su hijo capaz de resucitar a Lázaro como cuentan las sagradas escrituras.

En medio de tanto asombro, me doy cuenta de la sorpresa que me produce estar recién levantado a las tres de la mañana, esperando un autobús y escuchando las sandeces de semejantes pazguatos.

1 comentarios:

Serjuzu | 25 de junio de 2007, 4:30

¿Y a mí de que me suena esto? ¿esas son horas para hablar de esas cosas?

la verdad es que es cierto que existen los diálogos de besugos; y la religión y la política dan para muchos de éstos.

Espero que ya te hayas recuperado de la invasión de la ameba del desierto.

Salu2

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